REDACCIÓN
Francisca Aguirre nació en Alicante en 1930. Es hija del pintor alicantino Lorenzo Aguirre, a quien le dedicó el poemario “Trescientos escalones”, y que fue condenado a muerte por el régimen dictatorial franquista. Su poesía ha sido traducida al inglés, francés, italiano, portugués y valenciano. Su primer poemario, premio de poesía “Leopoldo Panero”, fue Ítaca, publicado cuando la autora contaba con 42 años. Desde entonces, y con la excepción de la década de los 80, la autora ha continuado publicando su obra de manera ininterrumpida.
Aunque la poeta pertenece por fecha de nacimiento a la generación del 50 (Jaime Gil de Biedma y José Ángel Valente nacen en 1929, Francisco Brines en 1932 o Claudio Rodríguez en 1934) lo cierto es que la tardía publicación de su primer poemario ha supuesto que su nombre se vea apartado de las antologías de su generación y que sólo hasta hace poco su reconocimiento como poeta haya crecido significativamente. Como la misma autora dice “considero que pertenezco a esa Generación del 98 paciente, sin prisas, que como explicaba Antonio Machado, pensaba que el arte es largo y además no importa, porque lo único importante es la vida”.[1]
Premios: Premio Leopoldo Panero, 1971; Premio Ciudad de Irún, 1976; Premio Galiana, 1994; Premio Esquío, 1995; Premio María Isabel Fernández Simal, 1998; Premio de la Crítica Valenciana al conjunto de su obra, 2001; Premio Alfons el Magnànim, 2007
Poética: Como la propia poeta declara, “la poesía es una herramienta del conocimiento y sirve para sacar lo que llevamos dentro”.[1]En este sentido, a nivel temático, la poesía de Francisca Aguirre se mueve por un lado como testigo del mundo en el que vive: “Si el artista no acepta un principio de realidad está perdido. Para modificarla es necesario que previamente la aceptemos. A lo largo de todos mis libros yo he intentado eso: dar noticia de mi historia”.[2] Por otro lado, la reflexión, de un marcado carácter existencial, se une umbilicalmente a su mirada externa para conformar un universo propio, proteico, dual y a la vez concentrado en un núcleo en el que la poesía es el rastro de la vida, lo perenne.
Obra Poética:”Ítaca” (Premio “Leopoldo Panero” 1971), Cultura Hispánica, Madrid, 1972; “Los trescientos escalones” (Premio “Ciudad de Irún” 1976), Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa, San Sebastián, 1977; “La otra música”, Ediciones Cultura Hispánica, Madrid, 1978; “Ensayo General” (Premio “Esquío” 1995), Sociedad de Cultura Valle-Inclán, Ferrol, La Coruña, 1996; “Pavana del desasosiego” (Premio “María Isabel Fernández Simal” 1998), Ediciones Torremozas, Madrid, 1999; “Ensayo General. Poesía completa 1966-2000”, Calambur, Madrid, 2000. “Memoria arrodillada. Antología”, Institució Alfons el Magnànim, Valencia, 2002; “La herida absurda”, Bartleby Editores, Madrid, 2006. “Nanas para dormir desperdicios” (Premio Alfons el Magnànim), Hiperión, Madrid, 2008.