Revista Digital de Literatura y Crítica Literaria

        
Leonora Acuna de Marmolejo
En torno a "Mi Granada", de Carlos Benítez Villodres Edita: GCS

Carlos Benítez Villodres

Edita: G.C.S.

Leonora Acuna de Marmolejo

El hombre pasa, pero lo humano permanece

                                    Azorín                     

 

MI GRANADA, el nuevo poemario de alto nivel literario (como toda su obra), del destacado y bienquisto poeta y escritor malagueño Carlos Benítez Villodres, es un aporte más que viene a honrar nuestra preciosa Lengua Cervantina y nuestra cultura.

 

En bien merecida y reconocida alfombra de honor, introduce su libro (cuya carátula está ilustrada con una vista panorámica de la ciudad) con los sonetos clásicos “Andalucía”; y “Granada” en el cual su inspiración se desborda con la emoción que vibra entre sus venas al decir en el último terceto: “Oh Granada, en mis tuétanos te instalas / queriendo redimir todos mis días / abiertos con dulzura a cualquier trigo”.

 

La dinámica imperante en este poemario, es sin lugar a dudas el amor: Su inmenso amor por Granada, la impronta que subyace en este poemario, confirmando las palabras del insigne poeta nicaragu?ense Pablo Antonio Cuadra en su poema “Canto Temporal”: “Sin el amor no clama el pecho en universo, / sin el amor no llega al pueblo nuestra voz”.

 

La sencillez y la transparencia que deben caracterizar la auténtica poesía, están presentes en los versos de Benítez Villodres, y aquí cabe citar estas sabias palabras bíblicas: [...] Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire. (Corintios 14: 9).

 

Sus inspirados poemas no son herméticos ni crípticos, sino por el contrario: claros, transparentes, y llenos de humanidad como lo es él; razón por la cual llegan a la hondura de sus lectores.

 

El amor, la más invencible fuerza universal, es el centro neurálgico de sus poemas. Su inmenso amor por Granada -de la que él, muy noble y orgullosamente se siente dueño-, lo conllevaron al inconfundible título de su poemario “MI GRANADA. Granada: el último baluarte de los moros en España y conquistada por los Reyes Católicos en 1492 ha sido siempre una ciudad carismática de gran atracción universal. Se dice que su fascinación por Granada, fue lo que sostuvo por tan largo tiempo allí a Washington Irving. Aquí viene al caso citar el proverbio árabe que dice que Dios concede a quien ama, la manera de vivir en Granada. El magnetismo inconfundible, que ha caracterizado a esta bella región española, ha sido la inspiración de innumerables poetas, y le han cantado connotadas figuras de nuestro folklore y de nuestra música como Agustín Lara (el famoso compositor mexicano considerado también un poeta musical) en su preciosa canción “Granada”: “Granada tierra soñada por mí / mi cantar se vuelve gitano cuando es para ti […] Granada, / tu tierra está llena / de lindas mujeres /de sangre y de sol...

Siendo como lo es Benítez Villodres: un maestro de la “Gaya Ciencia”, en sonetos endecasílabos de perfecta estructura, dedica hermosos poemas a diferentes comarcas de la provincia de Granada en el grupo titulado “Comarcas Granadinas. Así con admiración y embeleso en su poema “La Alpujarra” dice: “Cada vez que te beso, oh Alpujarras, / y palpo tus encantos, lentamente, / intimo con tu gloria reluciente / al calor de tus cósmicas guitarras. Y en el cuarto verso del segundo cuarteto dice emocionado: ¡Oh! ¡Cuánto amor exhalan tus pizarras!

 

Como es de esperarse, los sitios más simbólicos, históricos, y turísticos de Granada, relevantemente se hacen presentes en el grupo titulado “Maravillas de Granada” bajo los títulos (entre otros) de: “El Albayzín”, “La Alcaicería”, “Generalife”, “El Sacromonte”, “La Casa del Chapiz”, etc., etc. En el poema “Alhambra, embrujo y duende”, con cierta ternura nos dice: [...] “cómo te arrulla la Sierra, / cómo tus hijos te alaban, / cómo te envidia la mar, / cómo trinan balalaikas… En el poema “La Alhambra, el Palacio Rojo” del citado grupo, con íntimo reconocimiento se expresa así: “Todo en ti, amada Alhambra, son rubíes de vida / que cantan a los hombres y a los siglos.” E identifica “La Casa del Chapiz” con estas palabras: La casa del Chapiz, dos viviendas moriscas / del siglo XVI /. El autor también se refiere a La Alcaicería identificándola con su cultura árabe ancestral, de esta manera: “En medio de su sol, la Alcaicería / muestra su esencia árabe, con cadencias de fuentes, / a quienes la visitan ebrios de sentimientos”

 

Orgulloso como lo está por su Granada, en el grupo titulado “Personajes Ilustres de Granada” hace honor a los personajes relevantes que, en una u otra forma, culturalmente han enaltecido los valores de esta bella provincia, como por ejemplo (entre otros) a “Federico García Lorca”, “Alonso Cano”, “Pedro Antonio de Alarcón”, “Fray Luis de Granada”, “Manuel Benítez Carrasco”, para citar sólo unos cuantos, y por supuesto no podía faltar el genial “Ángel Ganivet” (famoso también por su distintivo amor a Granada), autor del libro “Granada la bella” quien en una cita especial dice: […] Mi Granada no es la de hoy; es la que pudiera y debiera ser, la que ignoro si algún día será.   Cabe aquí anotar, que en 1962 la editorial Aguilar, de España publicó “Granada la bella” de Ángel Ganivet como felicitación de Navidad y Año Nuevo, libro en el cual el autor dice: “Granada la bella” está formada por un bellísimo, abundante, y a veces paradójico raudal de meditaciones en torno a Granada, ciudad, aunque viva, histórica y monumental; meditaciones que pueden extenderse a toda España.

 

Leer MI GRANADA” es como hacer un tour anímico, visualizando los sitios más bellos, históricos, e interesantes de esta gran ciudad andaluza, “muy noble, muy leal, nombrada, grande, celebérrima y heroica”, capital de la provincia homónima; y yo diría, sin lugar a dudas, que si ya hemos tenido el inmenso placer de haberla conocido (yo la he visitado dos veces), deleitarnos en sus versos es como si regresásemos plácidamente por sus calles palpitantes de amor, de sol y de historia. Para quienes tenemos la dicha de estar amalgamados por la Lengua Cervantina, es un honor contar con una voz poética de tan altruista y aquilatada inspiración como lo es la del distinguido vate Carlos Benítez Villodres.

 

¡Congratulémonos con él y por él! Jubilosos, icemos a los cielos otro pendón de orgullo por nuestras letras. ¡Que en el alma y en la psique de este insigne malagueño resplandezca siempre la brillante estrella del astro que lo habita!

 

Nota: La autora de esta crítica, Leonora Acuna de Marmolejo, es escritora, poeta, periodista y pintora.

Levittown, Nueva York