TABERNA EL MENTIDERO 23.03.2017
Hacía unos cuantos años que no asistía a una reunión de personas con vocación de ser poetas y con amor a la poesía; hace años que me desterré de tales eventos por sentirme traicionado por algunos que hoy presumen, pobres de ellos, de ser vates con méritos y condecoraciones que se reparten entre sí, y también puede ocurrir que la causa de mi alejamiento de las pomposas reuniones de los que ostentan grandiosas biografías y muy pocos versos con auténticos “pellizcos que lleguen al alma” sea la edad avanzada que sostengo con mis frágiles piernas; vaya usted a saber.
Lo cierto es que gracias a Isabel Romero, amiga de antaño y ahora, en cuatro ocasiones he vuelto a bajar la Tribuna de los Pobres para asistir a tales reuniones. Esta que les narro era medio íntima, o sea, poca bulla y ansias de saber algo más. Tal vez fue esa la causa por la que acepté la invitación de ella, Isabel, y me acerqué a “Taberna El Mentidero”, sito en calle Sánchez Pastor, que haciendo honor a su nombre es un castizo lugar donde conversar y vivir una buena tertulia.
Éramos, si no recuerdo mal, Filomena Romero, Dani Moscugat, Alfonso Millán Quintana, Mawi CaTo, Rafael Gutierrez Montes, Juanjo Almeda, Isabel Fernández, Pilar Real, el que escribe estas líneas y la “jefa” en potencia.
No leímos poema alguno, tampoco se batieron palmas, la mayoría bebió agua y un servidor se “sopló” un dorado JB; estuvimos hablando de poesía, mundo literario, también del “mundillo”, de la Málaga literaria, de la poesía rimada y la del verso libre, de la música y de nuestras cosas que, por regla general son las de todo el mundo porque el que desea ser poeta es una persona más dentro de esta mundo anónimo al que denominamos sociedad.
Pasé un buen rato, recordé otros momentos, me sentí acogido por ellos y, durante ese rato, los amé; después llegarán hechos normaletes que conseguirán que olvide el acontecimiento de practicar sin perogrulladas “el humanismo solidario”, o sea, el de apoyarse el uno en el otro para seguir siendo y, esencialmente, sintiendo.
Que Dios, si existe, os lo pague; gracias