Revista Digital de Literatura y Crítica Literaria

        
José García Pérez

José García Pérez

El Copo

 

Guerra de escritores en Málaga (y III)

 

José García Pérez

 

Con la total seguridad que este trípode de opiniones respecto a los listados de escritores preferidos por Antonio Soler y José Sarria son de total indiferencia para ambos y para la ciudadanía literaria en general, al tiempo que existe un cierto temor o canguelo por aquellos que comienzan su carrera de escritor para llegar a la cúspide de definirse al respecto; a pesar de ello sí me agradaría finalizar estas reflexiones con alguna que otra apostilla de escasa importancia.

 

          La primera es que la “amistad” para ambos escritores está muy por encima del rigor que debe impregnar cualquier crítica literaria y eso es contra prudente para acercarse a la verdad.

 

          También decir que es un escaso mérito poner la política como base de lo literario, quiero decir para que se entienda que adjetivar con un cargo político -sirva como ejemplo el haber sido nombrado Director de uno de los numerosos Institutos Cervantes- designado a dedo por el Ministerio de Asuntos Exteriores y publicado en el BOE es, literariamente, una bobada aunque no lo sea el ejercicio de dicha labor que, por cierto, honra a la persona que ha prestado ese servicio a España.

 

          En el listado de Soler se encuentra más de un zoquete poeta que hay que entender algo sus poemas con un diccionario al lado, y, a veces, ni por ello, aunque haya ejercido como político local.

 

          Estoy seguro que si un servidor no durmiera en la mazmorra número 61, hoy estaría en la larga relación de Sarria -nunca en la de Soler-, pero como dejamos de venerarnos mutuamente el día que unos apostaron por el poder y el otro, el menda, por la crítica al mismo, me siento honrado, pero cantidad, de estar libre como la brisa que acaricia al mendigo que puso su lona a orillas de la Catedral.

 

          El honor, ese don que se tiene no porque se vote en una Junta Directiva de cualquier Asociación, léase ACE-A, sino que va indeleble en el tatuaje de leche del pezón de la madre, está muy por encima de cualquier tejemaneje literario.

 

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