Revista Digital de Literatura y Crítica Literaria

        
Francisco Vélez Nieto
Acerca de "El tiempo regalado", de Andrea Köhler. Edita: Libros del Asteroide. Autor de la crítica: Francisco Vélez Nieto

Francisco Vélez Nieto

Andrea Köhler

Edita: Libros del Asteroide

Ensayo original editado por Libros del Asteroide sorprendente y ameno sobre la espera unidimensional del ser humano y su manera de existir esperando el tiempo perdido. Proust y su magdalena, de igual manera que la de un parado de más de cincuenta años de edad que hace cola en una oficina de empleo entre la esperanza milagrera y la tragedia almacenada por el desfase social. Una pavesa de la esperanza de poder trabajar, que no soporta ni la más ligera brisa de un resplandeciente día de primavera. Es lo que desarrolla la escritora y periodista alemana Andrea Köhler, llevándonos por el sendero de las claves de diferentes obras del pensamiento y la literatura, en las que se muestra como la espera es, sin género de dudas, la base del transcurrir humano, que cierra un epílogo acertado de Gregorio Luri. La traducción es de Cristina García Ohlrich.

El que espera desespera, ya que esperar se diga lo que se diga, es una verdadera lata. Distinta su experiencia si corresponde a un enamorado de los de antes, en la esquina de una calle esperando ver aparecer a la niña de sus ojos con las trenzas de oro y lazos rojos. De este otro fichado en tiempos de dictadura que ha recibido una citación de la jefatura de policía para ser interrogado especulando si le obligaran a cantar lo que no debe. “Saber esperar es la condición previa de todo entendimiento”, escribe Genazino autor de Cantando suavemente. La espera que podría traer la llegada del mundo moderno que el gran Heinrich Heine, el último gran cantor del romanticismo, en el París de la nostalgia y la salud perdida, cuando escribió: “Los trenes matan el espacio, y entonces no nos queda más que el tiempo.”     

La vida de la comedia humana es así y no de otra manera lo diga Agamenón o su porquero. Así don Juan de Mairena nos canta y advierte con sus tantas verdades como dolores, puede padecer el que nace mientras transcurre su espera entre el dolor y la esperanza. Pudiendo soportar con ansiedad, como en un bolero de Antonio Machín o la fabulosa novela de “El proceso de Kafka”: “Todos los errores humanos son fruto de la impaciencia. Interrupción prematura de un proceso ordenado, obstáculo artificial levantado alrededor de una realidad artificial”. Ingenuidad la de aquellos humanos que esperan la llegada del día en que los ladrones de guante blando que pasean por las alturas, vulgarmente los corruptos protegidos, dejarán de existir gracias al buen gobierno político. "Holganza, desvarío o aburrimiento: en el apretado calendario de las horas regladas, la espera es un folio en blanco que hay que rellenar”, manifiesta Andrea Höhler al principio del prefacio de este interesante libro de ensayos ampliamente expuesto con una admirable cuantía de ejemplos marcados por la historia: “La vida tocada por la muerte es la conciencia del tiempo. Hay quien la considera insoportable y se afana en buscar refugio contra el tiempo y quien busca serenidad en el mismo transcurrir de sí mismo junto a las cosas”.